En el diario de Tailandia os contábamos cómo la experiencia del paseo en elefante, si bien había sido única, no nos había terminado de convencer. Para rematar la faena, nos acercamos al Tiger Kingdom, donde nos negamos a entrar. (Si no habéis leído nuestra experiencia o queréis recordarla, podéis hacerlo aquí).
Pues bien, hoy os traemos un interesante artículo publicado en Altaïr que habla de la cara oculta de estas actividades. Cuando viajamos a países con una flora y fauna muy diferente a la nuestra nos emocionamos al pensar que podremos ver determinadas especies, hacer ciertas actividades «exóticas» o incluso llevarnos algún recuerdo curioso a casa (sinceramente, a nosotros nos hacía mucha ilusión el paseo en elefante). Sin embargo, por desconocimiento de lo que estas experiencias suponen realmente podemos estar contribuyendo a causar un gran daño a estas especies.
¿Quiere decir esto que, en nuestros viajes, debemos renunciar a todo tipo de actividades relacionadas con los animales? La respuesta es simple: No. De hecho, tal y como dice el artículo, hay centros cuya prioridad es el bienestar de los animales.
Entonces ¿cómo saber si la actividad que queremos realizar perjudica a los animales? Transcribimos de manera literal dos párrafos del artículo que nos han parecido especialmente interesantes:
«Tanto los elefantes usados para paseos como aquellos que son forzados a participar en espectáculos pasan la mayor parte del día encadenados y realizan actividades totalmente en contra de su naturaleza (los elefantes no disfrutan jugando al futbol o pintando cuadros, simplemente tienen miedo de las posibles consecuencias de no hacerlo)».
«Cuando estos animales son forzados a actuar en espectáculos impropios para su especie, a dejarse tocar por los turistas o a participar en sesiones fotográficas con ellos, es muy probable que estemos hablando de un lugar que poco tiene que ver con la conservación de los animales y mucho con el lucro económico que sacan de ellos. Es frecuente que a estos animales les mutilen garras y colmillos o les suministren sedantes para que no actúen según sus instinto. Instintos que de animales salvajes y, no olvidemos, potencialmente muy peligrosos.»
El artículo completo podéis encontrarlo en el siguiente link: http://www.altair.es/web/articles/view/tailandia-sin-maltratar-a-los-elefantes .
Está escrito en colaboración con la web http://www.turismo-responsable.com/, que por supuesto os animamos a visitar.
Desde Embarque Libre os alentamos a plantearos de verdad las experiencias que deseáis llevar a cabo en vuestros viajes. Fomentar el turismo responsable está en manos de todos.