Como ya hemos cogido la costumbre de publicar nuestras cinco experiencias en lunes para tratar de contagiarnos de los buenos momentos vividos, esta vez no iba a ser menos. Esta semana nos acompañará el recuerdo de nuestro viaje a Roma:
Imaginar el devenir del Imperio romano en el Palatino
Vivir el Trastevere
Tomar un helado de kiwi en una piazza apartada
Descubrir el Santuario de gatos de Torre Argentina
Cenar una pizza escuchando una banda de jazz en directo
Esperamos que tengáis un buen comienzo de semana y os invitamos a compartir vuestras cinco experiencias romanas!
Una cosa que teníamos muy clara en nuestro viaje era que queríamos visitar Pompeya. La visita a Roma había sido una decisión de última hora y no habíamos tenido tiempo de recopilar demasiada información. Dado que ya habíamos devuelto el coche en Pisa, no disponíamos de vehículo propio para bajar hasta allí y no quisimos restarle tiempo a Roma tratando de averiguar cómo llegar a Pompeya en transporte público. Por este motivo decidimos contratar una excursión. Habíamos visto los precios de varios escaparates y diferentes folletos que habíamos ido encontrando de paso pero, como no terminaban de convencernos, acabamos preguntando en el hotel. Nos ofrecieron una excursión por un precio similar al que habíamos visto y, como nos dio un poco más de seguridad, decidimos contratarlo de un día para otro. La excursión incluía también una visita a Nápoles aunque no entendimos muy bien por qué, pues no nos iba a dar tiempo a ver todo eso en un día…
Plaza del Plebiscito
La primera parada fue Nápoles, donde dimos una vuelta rápida por lo más destacado: el puerto, el Castel Nuovo, la Universidad y la Plaza del Plebiscito y la Galleria Umberto I,una galería comercial que como constucción es impresionante. Nuestras fotos no salieron muy bien, así que si queréis ver alguna podéis mirar en imágenes de Google, hay fotos francamente buenas (para verlas pinchad aquí, hemos hecho la búsqueda por vosotros).
La verdad es que lo poquito que vimos de Nápoles nos gustó, así que nos queda pendiente visitar la ciudad durante unos días en el próximo viaje a Italia.
Después de comer accedimos a las ruinas de Pompeya, que son tan impresionantes como nos habíamos imaginado. La mayor parte de la ciudad fue destruida por un terremoto en el año 62 de nuestra era y, antes de que pudiera recuperarse, en el año 79, fue víctimaa de los daños colaterales de la erupción del Vesubio.
El acceso al recinto se realiza habitualmente por la Puerta Marina (también conocida como Puerta de Neptuno o del Foro), que cumplía una función defensiva. A su derecha se encuentra el Templo de Venus, que gozaba de unas impresionantes vistas al mar. Tras ser destruido por el terremoto, los pompeyanos no quisieron perder la protección de la diosa e iniciaron su reconstrucción, que no pudo completarse. A su izquierda quedan los restos de lujosas residencias privadas de la época romana.
Antiguo horno de pan
Las calles, con elevadas aceras y pasos de cebra que permitían evadir las aguas fecales que bajaban por las calzadas, permiten recrear la vida pública pompeyana: a ambos lados aún se conservan los restos de diversos comercios como hornos, tabernas y establecimientos varios.
Anfiteatro
Otras estructuras relevantes que pueden distinguirse a lo largo de la visita incluyen templos, termas, mercados, casas privadas e incluso un prostíbulo:
Las Termas Estabianas y las Termas del Foro, divididas en varios ambientes a diferentes temperaturas. Las primeras tenían una sección femenina y otra masculina, mientras que el acceso a las segundas tan sólo se permitía a los hombres.
El Macellum, mercado cubierto, posee tres grandes locales: uno central, dediado al emperador y su familia, y dos laterales, para el consumo y venta de pescado.
Altar del Templo de Vespasiano
Varios templos, además del de Venus, se encuentran también en un buen estado de conservación. Tal es el caso del Templo de Vespasiano, en el que se distingue un altar con la escena del sacrificio de un toro y el grandioso Templo de Júpiter, con un gran capitolium de estilo itálico, que fue el principal templo de Pompeya. Caben destacar también el Templo de Apolo, con las estatuas en bronce de Apolo y Diana y el Templo de la Fortuna Augusta.
Un elemento muy curioso de la visita es el lupanar, el prostíbulo de la ciudad. En la planta baja, única visitable, se encuentrasn las habitaciones de las meretrices, llenas de dibujos de alto contenido sexual que cumplían la función de carta de posturas o actos sexuales. Dado que la ciudad contaba con un gran número de visitantes extranjeros, esto permitía que el cliente pudiera indicar a la prostituta el servicio que deseaba solicitar. El piso superior podeís un balcón desde el que se reclamaba a los hombres mediante aullidos (de ahí la denominación de lupanar).
Casa del Faunodecoración de las paredes en el interior de una casa privada
Las casas privadas seguían el modelo de Domus Pompeiana: el vestibulum daba paso al atrium, un patio descubierto en cuyo centro se colocaba una fuente para recolectar el agua de lluvia. A continuación, el tablinum cumplía la función de oficina y lugar de negocios del cabeza de familia. La estancia inmediatamente posterior, el perystilium, era el jardín de la casa, decorado con hermosas fuentes y jardines y rodeado por una columnata cubierta. Por último la exedra cumplía la función de sala de estar y disponía de una salida a un segundo perystilium, aún mayor y más lujoso que el anterior. A ambos lados de estas estancias se situaban los dormitorios y demás habitaciones de uso familiar. Dos ejemplos bastante bien conservados de estas construcciones son la Casa del Poeta Trágico y la Casa del Fauno.
Por cierto, para quien no lo sepa, vamos a desmontar un mito acerca de Pompeya: los «cuerpos» que se conservan no son cuerpos en sí, sino moldes que se hicieron para preservar los restos humanos encontrados.
Nosotros disfrutamos mucho con la visita, aunque recomendaríamos prescindir de Nápoles y dedicar el día completo a Pompeya, dónde es conveniente una visita guiada en la que os vayan explicando todo el recinto, además de curiosidades y anécdotas de la forma de vida de sus ciudadanos.
Monumental e histórica, Roma ha estado ahí durante siglos. Ha sido un testigo mudo de la historia de la Humanidad y a la vez personaje, leyenda y escenario principal. Teniendo esto en cuenta, la pregunta adecuada debería ser ¿qué no ver en Roma?
Como es imposible citar todos los lugares interesantes de Roma y además, es importante que cada viajero descubra los suyos propios, comentaremos muy por encima los más destacados. Además de ser por todos conocidos, los principales atractivos de Roma son muy accesibles y resulta muy sencillo encontrar información sobre ellos.
Coliseo
Construido por el emperador Vespasiano, este espectacular monumento fue inaugurado en el año 80 d.C. Aquí se llevaban a cabo las más cruentas batallas de gladiadores acompañados por los gritos de una muchedumbre sedienta de sangre. La visita a su interior es impresionante. Conviene pasar unos momentos imaginando ser víctimas o verdugos en función del nivel en el que nos encontremos, si en la arena, donde peleaban los gladiadores o en la cavea, donde los espectadores pedían sangre a gritos.
Palatino
Palatino
Considerado el lugar donde Rómulo y remo fueron salvados y amamantados por la loba, el monte Palatino era el recinto donde vivía la clase alta de Roma. A día de hoy tan sólo podemos admirar sus ruinas, pero sirven para hacerse una idea del lujo del que gozaban emperadores como Domiciano y Octavio Augusto.
Foro Romano
Foro Romano
Centro de la vida pública romana, el Foro está repleto de ruinas de templos y demás restos arqueológicos de gran importancia como la Curia (lugar donde se reunía el Senado) y el Arco de Tito, entre otros.
Vaticano
Cúpula de la Basílica de San Pedro
Basílica de San Pedro
Probablemente la más espectacular de Italia (aunque no necesariamente por su belleza), atesora en su interior una obra maestra: la Piedad de Miguel Ángel, hoy día protegida por un cristal antibalas. La grandiosa cúpula puede hacer que, al final de la visita, sintamos un intenso dolor en el cuello de tanto mirar hacia arriba. Se puede entrar de manera gratuita, pero se forman grandes colas y es necesario vestir con decoro (nada de pantalones cortos ni hombros descubiertos si no queremos que nos impidan la entrada).
Escaleras de los Museos Vaticanos
Museos Vaticanos
Los Museos vaticanos albergan una impresionante colección de obras de arte. Es completamente imposible visitar todas las salas en un mismo día, pero una primera aproximación debería incluir la Pinacoteca, el Museo Pio Clementino, la Galleria delle Carte Geografiche, las salas de Rafael y, por supuesto, la Capilla Sixtina.
Piazzas
las piazzas son uno de los puntos centrales de la vida social romana. En ellas podremos descansar los pies y reponer fuerzas con una bebida o tentempié (eso sí, a un precio desorbitado). Entre ellas destacan la piazza Navona con sus animadas terrazas y sus maravillosas fuentes, la piazza Spagna con su famosísima e impresionante escalinata yel Campidoglio donde podremos visitar los Museos Capitolinos. También son de destacar la Piazza del Popolo, junto a la entrada a Villa Borghese y el Campo dei Fiori.
Fontana di Trevi
Uno de los principales símbolos de Roma, la Fontana di Trevi tiene un encanto diferente en función de la hora del día en que se visite. La iluminación nocturna le da un toque especial y la luz del día de la hora del aperitivo llena las calles aledañas de vida. Sea la hora que sea es muy difícil poder visitarla sin que esté atestada de gente.
Panteón
Perfectamente conservado, el Panteón nos da la bienvenida con uas impresionantes puertas de bronce que conviene pararse a admirar. El acceso es gratuito y en su interior podremos maravillarnos bajo su cúpula, la más grande que se ha construido en hormigón. El agujero central de la cúpula, construido a modo de conexión con los dioses, deja pasar un haz de luz que ilumina toda la estancia.
Villa Borghese
Villa Borghese es un remanso de paz y frescura en el norte de Roma. Sus amplios jardines y paseos nos invitan a evadirnos del ajetreo de la ciudad. Para visitar la Galleria Borghese, uno de los museos más importantes de Roma, es necesario reservar con antelación. En este link podéis encontrar más inforamción sobre la visita y las reservas.
Piazza di Santa Maria in Trastevere
Trastevere
El barrio del Trastevere, al otro lado del Tíber, merece por sí solo un viaje a la ciudad eterna. Plagado de vida, con un encanto especial, cada rincón tiene el preciado valor de conseguir detener el tiempo. Pasear por el Trastevere es como trasladarse a otra dimensión, sentir que se está fuera de Roma, dejarse contagiar por el ambiente de la gente reunida en la terraza de un bar y de los artistas callejeros. El juego de colores que se cuela por sus calles al ponerse el sol es un espectáculo digno de ver. Nosotros recomendamos pasar al menos una tarde entera en este fantástico barrio y quedarse hasta después de cenar, cuando las calles se llenan del ambiente de la gente paseando. En verano además, es una buena manera de refugiarse del calor.
Embarque Libre 