Archivo de la categoría: Diario de Londres

Londres. Dia 3

Nos levantamos por la mañana algo más descansados que la noche anterior y volvemos a por un English breakfast.
Teníamos previsto dejar las maletas en la estación de autobuses de Victoria, así que después de desayunar hacemos el check out y nos vamos con las maletas a cuestas. Hoy el día está más nublado que el anterior, pero no se avecina lluvia.
Como Hyde Park está relativamente cerca, decidimos acercarnos. El parque nos encanta: gente haciendo footing, paseando al perro, su estanque enorme, las ardillas… La verdad es que el clima no invita a sentarse en un banco y ver la vida pasar, pero de haber sido verano lo hubiéramos hecho sin duda. Así, una cosa nos lleva a la otra y terminamos atravesando el parque al completo hasta llegar  a la estación VictoriaImagen

De paseo matutino por Hyde Park

La estación de autobuses resulta estar en obras, así que nos dirigimos a la de trenes donde, al ver el elevado coste de las consignas, decidimos llevar las maletas con nosotros.
Como son las 11 decidimos acercarnos a Buckingham Palace, por si tenemos suerte y conseguimos algo de sitio para ver el cambio de guardia.
Intentamos hacernos hueco entre la muchedumbre que se agolpa contra las rejas de palacio, con la suerte de que, al cruzar los guardias la calle, sale un montón de gente corriendo para verles, aumentando así nuestro espacio. Al principio apenas vemos nada, pero al cabo de un ratito la gente empieza a marcharse y podemos coger un buen sitio para verlo. La verdad es que es curioso para verlo una vez: los guardias tocando canciones conocidas, el ritual que hacen…

ImagenCambio de guardia en Buckingham Palace

Tras el cambio de guardia bajamos por St James’s Park hasta Westminster. La idea es entrar a la abadía pero, una vez allí, consideramos que es algo digno de ver en más tiempo del que disponemos, así que, con pena, dejamos la entrada para una segunda visita a Londres.

Como nuestros pies están muy cansados cogemos el metro para ir a Victoria, donde comemos rápidamente antes de subir en el autobús con rumbo a Stansted. Sentados en nuestros asientos y viendo como nos alejamos de Londres nos preguntamos: ¿de verdad tenemos que volver a casa?

//

Londres. Dia 2

Nos levantamos algo más tarde de lo que teníamos previsto, pero es que, entre el cansancio y que las paredes de la habitación son casi de papel, apenas hemos descansado.

Aunque no queríamos atarnos al itinerario como hemos hecho alguna que otra vez, al disponer de tan poco tiempo,  nos habíamos preparado un poquito lo que veríamos cada día para no encontrarnos con sorpresas desagradables. Comenzamos por la Torre de Londres. Al ser domingo abre a las 10.00, con lo que el quedarnos pegados a las sábanas tampoco nos importa demasiado. Bajamos a desayunar y pedimos un English breakfast, para probar. Estaba buenísimo y nos vino fenomenal para enfrentar el día que nos esperaba por delante.

Ya en la calle, observamos que hace un día espectacular. Volvemos a coger las travelcards para el día y nos montamos en el metro. Por desgracia, las líneas centrales están en obras y nos toca hacer varios trasbordos. Al bajar del metro hay una niebla que apenas nos deja ver el Tower Bridge, obligándonos a posponer la sesión de fotos. Nos dirigimos a la taquillas de la Torre y cogemos las entradas.

ImagenTower Bridge apenas perceptible por la niebla

Nuestra incursión en la Torre coincide con el comienzo del recorrido del Beefeater, así que aprovechamos para seguirlo. No cuenta nada que no venga en una guía, pero la verdad es que es interesante ver cómo te lo cuentan dramatizando todo y haciendo alarde del humor inglés… Cuando el Beefeater termina su charla nos disponemos a recorrer la torre a nuestras anchas y, para cuando queremos darnos cuenta, han transcurrido cuatro horas desde nuestra entrada.

ImagenBeefeater con uno de los famosos cuervos de la Torre de Londres

Después tan copioso desayuno no tenemos mucha hambre, así que pensamos que podemos comer algo más tarde en un pub y decidimos seguir con las visitas. Nos dirigimos a sacar unas fotos en el Tower Bridge (a estas horas ya está completamente visible) y a ver St. Paul’s Cathedral por fuera, ya que al ser domingo está cerrada (salvo para los oficios religiosos).

ImagenTower Bridge, ya completamente visible

La verdad es que hace un día tan bonito para pasear y nos está gustando tanto Londres que decidimos dejar la visita al British Museum para otra ocasión y  perdernos por sus calles.
Queremos volver a la zona del Soho y ver Carnaby Street, así que cogemos de nuevo el metro. Tras descansar los pies un par de paradas sentados en el vagón, volvemos a salir a la superficie. Se nota que el sol comienza a bajar y ya empieza a refrescar. Damos un paseito por Carnaby Street y entramos en un pub donde comemos fish and chips acompañado por dos cervezas. Este típico plato inglés nos recuerda a la típica cena de pescado rebozado de la infancia.

ImagenAmbiente navideño en Carnaby Street

Son ya las 4 de las tarde, con lo que la opción de subir al London Eye se volatiliza… la verdad es que tampoco nos importa, pues estamos disfrutando el día a tope.

Decidimos que es buena hora para enfrentarnos a Camden, así que nos dirigimos al metro, rezando para que ese tramo de línea no esté cortado. Al llegar confirmamos nuestras peores sospechas, preguntamos en las taquillas y un chico muy agradable nos explica cómo podemos llegar en autobús. Así, descubrimos que la travelcard era también válida para este medio de transporte, lo que no habíamos tomado en cuenta porque creímos que solo cogeríamos el metro. Siguiendo sus indicaciones, nos montamos en el autobús, sentándonos en el piso de arriba para ver bien todo.
Llegamos a Camden y nos parece realmente mejor de lo que nos habíamos imaginado. Nos perdemos por los puestos, nos quedamos boquiabiertos con las fachadas de las tiendas… y, tras mucho contenernos, terminamos picando y haciendo unas compritas. A eso de las 18.00 comienzan a retirar algunos puestos, pero nosotros seguimos paseando. Cuando consideramos que continuar por allí, completamente de noche, sólo podría poner en riesgo nuestro bolsillo y la capacidad de nuestras maletas, cogemos el bus de vuelta al Soho. Damos otra vuelta por allí, hasta llegar a Piccadilly Circus.

Imagen

De compras por el mercado de Camden

Es ya la hora de cenar y la verdad es que entre el desayuno y la comida no sentimos nada de hambre, pero después de tantas horas en la calle tenemos frío, así que entramos en una cafetería  y nos tomamos un chocolate caliente y un latte de praliné (especialidad de Navidad).  Al salir del sitio decidimos que es hora de irnos al  hotel a descansar, así que cogemos el metro y nos vamos a la cama.

//

Londres. Dia 1

Llegamos a Heathrow a las 10.40 de la mañana y con unas ganas inmensas de llegar a Londres, nos disponemos a pasar el control de pasaportes y tomar el tren al centro.

En un abrir y cerrar de ojos estamos en la estación de tren de Paddington, donde cogemos las travelcard para el día y aprovechamos para sacar dinero de un cajero en la estación. Craso error, Londres está lleno de sucursales del Santander, así que lo tendremos en cuenta para la próxima ocasión.

Nuestro alojamiento está cruzando la calle, en Norfolk Square, a tiro de piedra de la estación. Esa plaza está plagada de hoteles y en los alrededores de la estación hay miles de sitios para come,r así que es un lugar más que recomendable para alojarse.
Al salir de la estación, nos sorprende que,a pesar del frío,  hace un tiempo espectacular para ser Noviembre. Esperábamos encontrarnos un Londres gris y nuboso y el cielo está completamente despejado.

Llegamos a la recepción del hotel y hacemos el check in, pero como es pronto para ocupar la habitación, dejamos las maletas allí y decidimos lanzarnos a nuestra aventura londinense.

Empezamos por Notting Hill y el mercado de Portobello, que nos habían recomendado visitar en sábado. Damos una vueltecita por allí viendo el ambiente, los puestos de los anticuarios, las casitas… el barrio es precioso y el ambiente nos entusiasma.

Imagen

Fachadas en Portobello Road

Comemos unos pies de pollo y tomamos unas cervezas en un pub histórico y, después,  nos dirigimos al Museo de Historia Natural. El edificio nos impresiona. Ademá,s habían colocado en la puerta una pista de patinaje sobre hielo anticipándose a las próximas navidades, así que estaba más bonito todavía. El interior del museo no nos produce demasiado interés, aunque puede resultar muy entretenido si se viaja con niños.

ImagenMuseo de Historia Natural

Cuando salimos es completamente de noche, así que decidimos ir hasta Covent Garden a dar un paseo, donde el ambiente navideño lo inunda todo, resultando enormemente contagioso. Caminando llegamos al límite de la City de Westminster con la de Londres, pero esta zona está completamente desierta y decidimos dar media vuelta hasta llegar a Trafalgar Square, con sus imponentes leones y el Big Ben iluminado asomando entre las calles.

ImagenDecoración navideña en Covent Garden

Con ganas de parar a cenar y descansar llegamos al Soho, del que nos impresiona el bullicio a pesar del frío, con sus bares, restaurantes y musicales.

Cenamos en un restaurante en Chinatown y, tras la sobremesa, seguimos paseando hasta que nos cansamos de la zona y tomamos el metro hasta Westminster, donde vemos las casas del Parlamento iluminadas. Después de pasear a orillas del Támesis volvemos al hotel, acordándonos de que hemos dejado el equipaje en recepción.

ImagenDe paseo nocturno

Por fin subimos a la habitación, que podría describir como correcta. Para el tiempo que íbamos a pasar allí dentro resultaba más que suficiente.